El impuesto sobre sociedades es el tributo que ha sufrido más cambios desde que el Gobierno de Mariano Rajoy ganó las elecciones. A pesar de que el tipo impositivo nominal se ha mantenido estable, Hacienda ha elevado los pagos fraccionados para las grandes empresas y ha retirado deducciones como las que permitían desgravarse los gastos financieros. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, aseguró ayer tras su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso que el Gobierno tiene la intención de seguir elevando la tributación efectiva de las grandes empresas.
Fuentes del Ejecutivo matizaron que no está previsto aplicar ninguna medida en este sentido en 2014 y posponen a 2015 –año en que está previsto que entre en vigor una gran reforma tributaria– cualquier cambio significativo en el impuesto sobre sociedades. También se retrasa, en este caso a 2014, la publicación de la lista de los mayores defraudadores, que el Ejecutivo se había comprometido a dar a conocer en el primer trimestre de este año.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y también el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han denunciado en sede parlamentaria que multinacionales y grandes compañías tributan en porcentajes muy bajos. Hacienda asegura que las medidas adoptadas han permitido que el tipo efectivo en el impuesto sobre sociedades aumentara un 14% para las compañías con una cifra de negocios superiores a 20 millones de euros y un 18% para aquellos que superaron los 60 millones. Sin embargo, Hacienda rechaza dar la cifra del tipo efectivo que pagan las grandes empresas. Los datos más recientes proceden del informe anual de recaudación y muestra que los grupos empresariales consolidados –colectivo que agrupa a una buena parte de las mayores empresas de España– tributaron en 2011 al 3,5% de su resultado contable (beneficio) y al 17,7% de su base imponible.
Estos tipos son significativamente inferiores a los que soporta una pyme, una situación que el Ejecutivo pretende revertir. De momento, como recordó Ferre, los cambios normativos permitirán que los ingresos por sociedades asciendan este año a 21.181 frente a los 16.198 millones ingresados en 2010. En cualquier caso, la capacidad recaudatoria del impuesto se encuentra muy lejos de los 44.800 millones recaudados en 2007, antes del inicio de la actual crisis.
Si bien el Ejecutivo asegura que esperará a 2015 para aplicar grandes cambios en el impuesto sobre sociedades, actualmente se encuentra en trámite parlamentario una relevante medida que se aprobará en breve y que establece como gasto no deducible las pérdidas por deterioro de la cartera de valores y las rentas negativas obtenidas en el extranjero. Ello permitirá al Estado recaudar 3.650 millones adicionales.
Ferre defendió también la prórroga a 2014 de la subida fiscal del IRPF. El secretario de Estado enfatizó que el incremento fue progresivo e informó de que los declarantes con bases superiores a 30.000 euros supusieron el 12% del total de contribuyentes del impuesto y aportaron el 70% de la recaudación de la recaudación de 2012.
Junto a las subidas fiscales, la Agencia Tributaria también ha puesto en marcha una ofensiva para evitar que las multinacionales rebajen su factura tributaria a través de planificaciones fiscales agresivas que, en ocasiones bordean la ley y en otras la rebasan directamente. En 2012, la Agencia Tributaria evitó que las grandes empresas redujeran su base imponible en 1.700 millones a través de la aplicación “indebida” de la deducción de gastos financieros.