El Gobierno ampliará el plazo para que pymes y autónomos puedan acogerse al nuevo sistema del IVA de caja hasta marzo, como ha adelantado EXPANSIÓN. Las patronales alertaban de que la mayoría de los autónomos no se habían enterado de que el plazo finalizaba el 31 de diciembre. A falta de concretar los últimos detalles, la entrada en vigor del sistema tendrá lugar el 1 de enero de 2014, aunque se amplía el plazo para acogerse hasta el 31 de marzo. Desde 1 de diciembre, pymes y autónomos pueden comunicar a la Agencia Tributaria (AEAT) su adhesión al sistema. El desconocimiento del plazo que alegan los portavoces de los autónomos, unido a las presiones que están recibiendo de las grandes empresas de que si entran en el sistema no volverán a contratar con ellos llevan a concluir que muy pocos se han acogido al nuevo modelo hasta ahora, una de las razones que puede haber llevado a Hacienda a decidir extender el plazo. El IVA de caja es la medida estrella de la Ley de Emprendedores, en vigor desde septiembre, y una vieja reivindicación de CiU, de pymes y autónomos y del propio PP, que la contemplaba en su programa electoral. El Gobierno espera que le cueste 900 millones en 2014. Como adelantó EXPANSIÓN el pasado 20 de noviembre, las grandes empresas están trasladando a pymes y autónomos que dejarán de ser sus clientes si se acogen al IVA de caja. El nuevo modelo establece que las pymes y autónomos que facturen menos de dos millones al año que decidan entrar en el IVA de caja no deberán ingresar el impuesto en Hacienda hasta que cobren, por lo que las grandes empresas con las que trabajan no se podrán deducir el IVA hasta que no hayan pagado. Ahora, las pymes abonan el impuesto cuando se emite la factura, sin haberlo cobrado y a veces sin perspectivas de hacerlo, lo que lleva a muchas a la liquidación. Por este motivo, dado que las grandes compañías mantienen de forma generalizada unos dilatados plazos de pago –algunas del Ibex lo hacen a más de 200 días– y tienen su pagos protocolizados, están transmitiendo a sus proveedores que si se meten en el sistema, no trabajarán más con ellos. Además, entrar en el nuevo régimen, que los asesores fiscales consideran "complejo", implica costes de adaptación y trámites añadidos en los libros de registro. Estas comunicaciones se están produciendo, sobre todo, en los sectores más morosos, fundamentalmente, en la construcción, seguido de quienes proveen otros servicios a las empresas en el ámbito de la logística, en hostelería.